Hace unos meses que soy madre y hay un
hijo que se alimenta de mis brazos, de mi corazon, y sobre todo de mi
pecho. Ya, aun mas que cualquier cosa, soy MAMIFERA.
Todo comenzo en la mañana del 19 de
Febrero con unas sensaciones en mi vientre que activaron el tic-tac
del reloj y me alertaron para saber que algo ya estaba a punto de
salir del horno. Nos preparamos para ir a Migjorn y en la noche que
llegamos alli, yo ya pensando que el parto habia comenzado, Anna, una
de las comadronas que nos acompaño en el parto nos dijo a mi pareja
y a mi: “acomodense para pasar la noche aqui que esto apenas
comienza y va pa´largo. Intenten dormir entre contraccion y
contraccion para descanzar que el peor enemigo del parto es el
cansancio”.....
En cuanto Anna salio de la casita de
partos, senti que mi cuerpo entero lo habitaba un rayo electrico, y
se habia aumentado el potenciomentro en la intensidad y continuidad
de las contracciones. Ahora si, a media noche del 19 de Febrero
habian comenzado las contracciones del parto.
... Recuerdo que en un momento, entre
contraccion y contraccion, tumbada sobre la cama intentando
descansar, le contaba a mi amiga/hermana Mireia una historia en el
Amazonas...: “despues de caminar y caminar tras la huella del
jaguar por la densa y humeda selva Amazonica, le pregunte al guia que
cuanto faltaba por llegar a la maloka para descansar. El guia me miro
y me dijo muy tranquilamente: “No se preocupe Cati que solo faltan
mas o menos 42 montañitas”. En ese momento, me tire al suelo con
mochila y todo y comence a llorar”...
Esta historia fue la inspiracion del
parto y Anna me recordaba que cada contraccion era una montañita mas
de esa selva para llegar a la maloka que en este caso seria nuestro
hijo, COSMO, para tenerlo sobre nuestros brazos, sobre mi pecho e
iniciar esa nueva etapa de la vida llamada MATERNIDAD.
Poco a poco, la tormenta elecrtica
intra-uterina aumentaba, cada contraccion llegaba a mi como un
relampago golpeando la tierra, pidiendo permiso y paso por ese canal,
el canal por el que pasaria el ser que por 39 semanas se gestaba
dentro del planeta agua, cambiando sus aletas por piernas. Cada
montañita de la selva empuntaba hacia una sola direccion, a vivirlo
todo plenamente en carne y hueso hasta transmutarme yo misma en ese
tan buscado y perseguido JAGUAR, a mirarnos fijamente a los ojos
hasta fusionarnos en uno y con esa fuerza, cruzar el portal del fuego
para sentir en medio de las llamas y mis huesos abiertos, esa
cabecita que anunciaba la nueva vida, ese renacuajo humedo y tibio
que pronto estaria encima.
Como una gran narrativa epica, el parto
tuvo toda una gama de colores... 24 horas desde el comienzo en casa
hasta el “fin” en el parto sobre unos cojines blancos, una mano
en la de Nico, la otra en la de Mireia que constantemente me
recordaba que yo SI podia, que fuera siempre a mi fuente de fuerza,
que no estaba sola, que recordara a todas mis abuelas que asi habian
parido, en plena consciencia, el proceso de la
muerte-naciemiento-renacimiento. Un pie sobre Anna y el otro sobre la
bañera, en donde Adela, la otra comadrona, con su mirada silenciosa
y compasiva me acompañaba en el proceso, en plena confianza, en el
instante, y el grito animal que salio de mi propia selva para razgar
las paredes dejando atras la piel de Catalina la hija. Ese grito, me
acompaño durante todo el parto. Yo cantaba y cantaba la AAAA
mientras pujaba y pujaba... demasiado temprano para pujar. Por que
corres???
Tambien hubo llanto....
en un momento de mucha dulzura, donde
mi pareja y yo estabamos en la bañera, abrazados, chupando hielos de
te de rosa y miel, sintiendo el ritmo del parto, comence a llorar. A
llorar el desespero de sentir que venia una ola tras otra, la una mas
grande que la anterior y que esto ya no pararia, no habia boton de
PAUSA.... y me senti muy cansada... Anna me ponia pañitos de agua
fria en la frente y Adela su dedo en mi entrecejo... esos segundos
eran la gloria dentro de todo el proceso.
Sali del agua, volvi a llorar. Esta vez
de rodillas.
Anna me cogio de manos y me trajo a la
tierra, a mi centro, recordandome una vez mas por que habia decidio
tener el parto alli, recordandome de darle plenamente la bienvenida a
Cata mama y darle la confianza a Cosmo de esa Cata mama. Trabajamos
de nuevo el YO PUEDO. Mil veces senti rendirme y mil veces repetir YO
PUEDO. Entre tanto bailabamos...
Al sentir mi cansancio, me encontre en
la situacion mas extrema que he estado en mi vida... desear morir
para no sentir otra contraccion... La opcion de ir al hospital fue
dada (al ver mi cansancio extremo) y en cierto modo alunga parte de
mi cerebro me decia...: “ojala que me lleven al hospital y que me
saquen al bebe yaaaaa!!!!”. Por otro lado, como podia yo imaginarme
levantarme al otro dia en el hospital con el bebe en mis manos
cuando llevaba nueve meses preparandome justamente para este momento?
Para este preciso instante?? Miraba yo a Adela y veia en ella su
plenitud, su confianza en mi, sabia ella por que estaba yo
alli!!!!!!!!!!
Asi que viendo mi decision firme de
estar ahi, pariendo sin anestesia, Juana, otra de Migjorn, propuso
ayudarme con un masaje intra-uterino y remover el milimetro que aun
no habia dilatado. Asi fue, y se desato la cascada, el flujo que con
dos pujos trajo a Cosmo a nuestros brazos, el encuentro cara a cara
con el jaguar y el fuego, para convertirme en uno y atravesar el
otro.
21 de Febrero a la 1:30am, el momento
mas sublime de mi vida. Bienvenido Cosmo a la Tierra. Bienvenida
mama, bienvenido papa.
Agradecimientos profundos al universo,
al amor, a mis abuelas, a Dios, a Adela, Anna, Juana, Nicolas, Mireia
y a Cosmo.
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